ANTÍTESIS
El fuego es como un dios alucinante,
crea y destruye, ilumina y ciega,
y tan pronto es un párvulo que juega
como arrasa con furia de gigante.
Es como una pasión desconcertante
que reclama el amor o que le entrega,
que cuando incendia el alma, cuando llega
se siente desamado y desamante.
Es una inmensa fiebre que delira,
un ciclón de amenazas y rencores
que pronuncia relámpagos de asombros.
Nace en los manantiales de la ira,
siega la siesta de los ruiseñores
y va dejando atrás un mar de escombros.